En esto de las palomas “cada maestrillo tiene su librillo” y cada cual practica su sistema y dentro de éste, cada uno tiene sus pequeños secretos. Pero, en principio, como algo muy general y sin muchos matices, para viajar los grandes fondos en Canarias, parece que lo mejor es hacerlo “al natural” y dentro de este sistema, existen las teorías acerca de la mejor posición tanto en cuanto al número de días de los huevos, como de los pichones, tanto en cuanto a los machos como a las hembras.
Y con este sistema se nos plantean muchos problemas y uno de ellos es el tema de la papilla y sobre esto, como en casi todo, no hay un acuerdo unánime.
Según algunos autores, las palomas comienzan a producir papilla unas horas antes del nacimiento, aunque otros afirman que lo hacen desde dos días antes de que nazcan los pichones y la mantienen entre los siete y diez días después del nacimiento, cuando ya comienzan a mezclarla con granos hasta su desaparición total. En cuanto al número de días en que permanece la papilla los diferentes autores no llegan a un acuerdo unánime.
La mayoría sostiene que desde el cuarto o quinto día ya comienzan los padres a suministrarles granos mezclados con la papilla y en contra de lo que algunos piensan, la papilla la genera tanto la hembra como el macho.
Y el problema se plantea a la hora de viajar o no viajar una paloma en período de papilla y en esto tampoco hay acuerdo unánime. Pues mientras unos sostienen que una paloma con papilla se puede viajar perfectamente ya que, llegado el caso, si le fuera molesta la vomitaría, sin embargo otros niegan la posibilidad de viajar una paloma con papilla e incluso afirman que de hacerlo, podría acarrearle una severa enfermedad a la paloma.
Tengo mi propia idea sobre lo que sucede antes de nacer el pichón, lo que sucede, tanto al macho como a la hembra, en los primeros días del nacimiento y posteriores y la evolución de la “leche” y la “papilla”, pero, teniendo en cuenta que los analistas más afamados no llegan a ponerse de acuerdo, dejo mi opinión para mis palomas y mis experiencias.
Si expongo lo que, en estos días, me decía un extraordinario colombófilo, campeón de campeones, con más de cincuenta años de experiencia colombófila, permanentemente documentado e instruido en todo tipo de lectura relacionada con el tema, que afirmaba que con papilla se puede viajar perfectamente, pero teniendo cuidado de no suministrar, en este período, más que agua y alimento, sin más vitaminas ni medicamentos.
Y con este sistema se nos plantean muchos problemas y uno de ellos es el tema de la papilla y sobre esto, como en casi todo, no hay un acuerdo unánime.
Según algunos autores, las palomas comienzan a producir papilla unas horas antes del nacimiento, aunque otros afirman que lo hacen desde dos días antes de que nazcan los pichones y la mantienen entre los siete y diez días después del nacimiento, cuando ya comienzan a mezclarla con granos hasta su desaparición total. En cuanto al número de días en que permanece la papilla los diferentes autores no llegan a un acuerdo unánime.
La mayoría sostiene que desde el cuarto o quinto día ya comienzan los padres a suministrarles granos mezclados con la papilla y en contra de lo que algunos piensan, la papilla la genera tanto la hembra como el macho.
Y el problema se plantea a la hora de viajar o no viajar una paloma en período de papilla y en esto tampoco hay acuerdo unánime. Pues mientras unos sostienen que una paloma con papilla se puede viajar perfectamente ya que, llegado el caso, si le fuera molesta la vomitaría, sin embargo otros niegan la posibilidad de viajar una paloma con papilla e incluso afirman que de hacerlo, podría acarrearle una severa enfermedad a la paloma.
Tengo mi propia idea sobre lo que sucede antes de nacer el pichón, lo que sucede, tanto al macho como a la hembra, en los primeros días del nacimiento y posteriores y la evolución de la “leche” y la “papilla”, pero, teniendo en cuenta que los analistas más afamados no llegan a ponerse de acuerdo, dejo mi opinión para mis palomas y mis experiencias.
Si expongo lo que, en estos días, me decía un extraordinario colombófilo, campeón de campeones, con más de cincuenta años de experiencia colombófila, permanentemente documentado e instruido en todo tipo de lectura relacionada con el tema, que afirmaba que con papilla se puede viajar perfectamente, pero teniendo cuidado de no suministrar, en este período, más que agua y alimento, sin más vitaminas ni medicamentos.
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